Psicoterapia para adolescentes
La adolescencia es una etapa llena de cambios, preguntas y emociones intensas. En muchos casos, poder contar con un espacio terapéutico propio puede marcar una gran diferencia: les ofrece la posibilidad de explorar lo que sienten, poner palabras a lo que les cuesta, y encontrar formas más sanas de relacionarse consigo mismos y con los demás. En las sesiones con adolescentes, el enfoque se adapta totalmente a su etapa vital, ritmo y necesidades. A través de la escucha, el vínculo terapéutico y herramientas ajustadas a su forma de expresarse, trabajamos temas como:

- Cambios emocionales y confusión
- Ansiedad, estrés académico o presión social
- Inseguridad, baja autoestima o autocrítica
- Problemas con la identidad o la imagen corporal
- Dificultades en las relaciones con amigos, pareja o familia
- Procesos de duelo, separación o cambio de etapa
- Conductas impulsivas o de riesgo
- Sensación de aislamiento o falta de motivación
También acompaño a madres y padres cuando es necesario, resolviendo dudas, ofreciendo orientación puntual y manteniendo siempre un equilibrio entre el apoyo familiar y la privacidad del adolescente. La confianza y la seguridad en el proceso son fundamentales para que pueda funcionar.
Preguntas frecuentes sobre terapia con adolescentes
¿Puede un adolescente venir solo a terapia?
Sí, dependiendo de la edad y del grado de autonomía. En muchos casos, es importante que sea una decisión voluntaria por parte del adolescente. A veces acude solo/a desde el inicio, y en otras ocasiones viene acompañado/a por un progenitor en la primera sesión.
¿Cómo se gestiona la confidencialidad con menores?
La confidencialidad es parte esencial del proceso terapéutico, también en menores de edad. Aunque madres y padres pueden estar presentes en algunos momentos, el contenido de las sesiones individuales no se comparte sin el consentimiento del adolescente, salvo en casos donde exista riesgo o sea necesario intervenir para su bienestar.
¿Voy a recibir información sobre cómo va mi hijo o hija?
Mantengo una comunicación abierta con las familias, sobre todo al inicio del proceso o si hay preocupaciones específicas. Sin embargo, siempre se respeta la privacidad del adolescente. En cada caso, valoramos juntos cómo y cuándo compartir ciertos aspectos del proceso, desde la transparencia y el cuidado.
¿Se pueden hacer sesiones familiares si hace falta?
Sí. A veces es útil tener una o varias sesiones con la familia o con alguno de los progenitores para mejorar la comunicación, abordar situaciones concretas o acompañar mejor al adolescente. Esto se plantea siempre según lo que el proceso necesite.